Cuando llega diciembre, uno de los temas más debatido y comentado entre cristianos es la fecha de la navidad, se cuestiona el por qué se celebra el nacimiento de Jesús un 25 de Diciembre.
Algunos alegan que el origen de la fecha es pagano, por lo cual, celebrarlo sería una práctica pagana, pues Jesús no nació ese día. Y es verdad, Jesús no nació un 25 de diciembre y esa fecha sólo ha sido escogida en occidente para conmemorar tal suceso pero ¿Qué pasa con semana santa? ¿Por qué se celebra en estas fechas?
«Porque como estuvo Jonás en el vientre del monstruo marino tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre tres días y tres noches en el corazón de la tierra.» (Mat 12:40 LBLA)
En los evangelios no se nos aclara del todo en que día de la semana fue crucificado Jesús. Algunos piensan que la crucifixión debió ser en día miércoles, para que de esa manera pudiera cumplirse lo dicho por Jesús respecto a resucitar 3 días después de su muerte. También sostienen que esa semana tuvo dos días de reposo, uno que sería la pascua y otro que sería el día sábado en cuestión.
Entonces los hechos podrían ordenarse así: Miércoles la Crucifixión, Jueves el primer reposo a causa de la Pascua, viernes las mujeres compran especias aromáticas (cf. Mr 16:1), Sábado el segundo día de reposo y el Domingo la resurrección. Tres días literales en el corazón de la tierra.
«Los judíos entonces, como era el día de preparación para la Pascua, a fin de que los cuerpos no se quedaran en la cruz el día de reposo (porque ese día de reposo era muy solemne), pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y se los llevaran.» (Jn 19:31 LBLA).
El evangelista nos da un poco más de claridad al respecto cuando dice que “Ya al atardecer, como era el día de la preparación, es decir, la víspera del día de reposo” (Mr 15:41). Por otro lado el evangelio de Juan describe que este día de reposo posterior a la crucifixión era “muy solemne”, enlazando así el sábado con la fiesta Pascual.
No está de más recordar que actualmente usamos el calendario gregoriano, pero los judíos en la época de Jesús utilizaban su propio calendario. Ellos tenían establecido el día 15 del mes Nisán como el día en que se celebraba la Pascua (cf. Lev 23:5). Nisán es el “primer mes” del año religioso judío (cf. Éx 12:2) y posee 30 días, los cuales van desde la luna nueva de marzo y finaliza en la luna nueva de abril.
De acuerdo al evangelio de Juan, se cree que Jesús fue juzgado y crucificado el día viernes previo al día de reposo pascual (cf. Jn 18:28, Jn 19:31), lo que correspondería al día 14 de Nisán. Pero, la pregunta sigue ¿Por qué este año 2017 recordamos la crucifixión el día viernes 14 de abril y no el 14 de Nisán que correspondería al día martes 11 de abril?
«Por entonces surgió una controversia de gran importancia, porque las congregaciones de toda Asia, basándose en una antigua tradición, creían que se había de guardar el decimocuarto día de la luna para la fiesta de la Pascua del Salvador.» (Eusebio, Historia Eclesiastica. V. 23).
En el siglo II se desató el conflicto, ¿Qué día debía celebrarse la pascua de resurrección? La Iglesia de Asia Menor conmemoraba la muerte de Jesús el día 14 de Nisán, mientras que el resto de las Iglesias celebraba la resurrección del Señor el día Domingo de esa semana.
Uno de los representantes a favor de conmemorar la crucifixión el día 14 fue Policarpo de Esmirna, quien según la tradición era discípulo del apóstol Juan. Policarpo viajó a Roma en el año 153 d.C. para tratar de resolver esta disputa. El obispo de Roma de ese entonces, Aniceto, escuchó el alegato de Policarpo, quien sostenía que la práctica del decimocuarto día provenía del mismo apóstol Juan. Por su parte Aniceto sostenía que celebrarla el día domingo era una tradición dada por Pedro y Pablo. En esta instancia no se logró ningún acuerdo y ambas partes quedaron en paz.
En el año 190 d.C. Víctor I, obispo de Roma, solicitó a las Iglesias de Asia que rechazaran la práctica del decimocuarto día. Polícrates de Éfeso, quien estaba a la cabeza de los obispos de Asia, envió una carta a Víctor negándose a lo solicitado bajo el argumento de recordar la muerte de Jesús, el cordero pascual, el día 14 era una tradición Juanina 1.
A causa de esta actitud, Víctor amenazó con excomulgar a las congregaciones asiáticas, lo cual no agradó a los demás obispos. Ireneo de Lyon, aunque apoyaba celebrar la Resurrección en día Domingo, escribió a Víctor solicitando que no generara un cisma en la Iglesia debido a este tema. El obispo de Roma no llevó a cabo sus amenazas pero marcó un precedente de la autoridad que pretendía tener la Iglesia Romana frente a las demás congregaciones.
Avanzado el tiempo la influencia de la Iglesia de Roma y su poder llevó a que las demás Iglesias siguieran la tradición que hasta hoy perdura, de celebrar la Resurrección del Señor el día Domingo de la Semana Santa. Por otro lado, el debate sobre la exactitud del año y el día en que ocurrió la crucifixión continúa.
Finalmente, lo importante -tanto en Semana Santa como en Navidad- no es la exactitud de la fecha sino el hecho que, como Iglesia de Cristo, recordamos: «Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras.» (1 Cor 15:3-4 LBLA)
– J.P. Zamora
Imagen: Giovanni Battista Tiepolo (1737-1738). Cristo cargando la cruz.
- – Cf. Eusebio, Historia Eclesiástica. V 23. ↵